Prólogo:
El
presente LIBRITO consta de cinco capítulos
y tiene como fin consumar el
misterio de Dios,
porque
ya es tiempo de que salga a la luz
lo que por las tinieblas se hallaba
escondido.
Empecemos con el primer capítulo:
El
origen del mal
a la luz de la Biblia
La
presente extensión tiene como objetivo revelar todo lo referido al origen del
mal, que por supuesto, está directamente relacionado con el
Diablo.
Hipótesis
El
Diablo no fue un ángel,
pero sí se rebeló.
Todo
aquel que crea y afirme que EL DIABLO NUNCA SE REBELÓ, no puede ser un hijo de
Dios, ya que ningún verdadero cristiano, quiere calumniar
contra el espíritu santo.
A los únicos que les interesa MANCHAR al espíritu de Dios son a los hijos del
Diablo y también al mismo Diablo.
Recordemos siempre
lo que se nos
advierte en Mateo
12...
31:
“Por
eso yo les digo: Se perdonará a los hombres cualquier pecado y cualquier palabra
escandalosa que hayan dicho contra Dios. Pero las
calumnias contra el espíritu santo no tendrá perdón.”
Sostener
que EL DIABLO NUNCA SE REBELÓ, implica que el espíritu
santo o el espíritu de Dios es el creador
del espíritu malo que habita, desde el principio, dentro del Diablo. Y no existe pecado más grave
que éste, el de confundir que de
un “árbol” bueno,
como lo es el
poder del Altísimo, pueda
surgir un “fruto” malo,
como el
espíritu del Diablo.
Argumentación
El
relato del libro de Génesis, contiene palabras que son literales y otras que son
simbólicas. Veamos a continuación cuáles son algunas de ellas...
Para
empezar, leamos Génesis
2...
9: “[Dios] Hizo
crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer.
En medio del jardín puso también el
árbol de la Vida y el árbol de la ciencia del bien y del
mal.”
De
aquí se extrae, por demás claro, a más no poder, que son tres las clases de
árboles que existieron en el Edén... primero se cita a todo
árbol delicioso a la vista,
que son los árboles frutales. Luego se nombra al árbol
de la vida en medio del huerto, y
por último se hace mención del árbol
de la ciencia del bien y del mal.
Ni el
árbol de la vida en medio del huerto,
ni el
árbol de la ciencia del bien y del mal,
eran árboles frutales, porque si así hubieran sido, entonces la palabra de Dios
no habría hecho la diferencia entre estos dos árboles y los primeros que
fueron frutales. Es más, si "el árbol de la vida" y "el árbol de la ciencia del
bien y del mal" hubieran sido, literalmente, árboles frutales (vegetales),
deberían haber estado en el grupo de los árboles frutales y como no es así, es
que tanto "el árbol de la vida" como "el árbol de la ciencia del
bien y del mal" no son literales, sino simbólicos.
Entonces surge la
primera pregunta:
¿A quién representa "el
árbol de la vida"?
El
Mesías dijo “Yo
soy la
vid verdadera” (Juan 15:1,5), sin embargo aunque se sabe que la
vid es verdaderamente un vegetal,
no por ello vamos a interpretar que el Maestro Yahshua es una
planta o un árbol.
En consecuencia, así como “la
vid verdadera” que aparece en Juan 15:1,5 es solamente una representación
simbólica del Mesías, el Salvador, también “el
árbol de la Vida” que se lee en Génesis 2:9 y en Revelaciones 2:7 y 22:2,14 es otra figura representativa del
mismo Cristo, el Hijo de Dios.
Y ¿Por qué será que Yahshua es
representado en el libro de Génesis como el
árbol de la vida?...
Veamos
ahora su fundamento:
porque “el
que coma de ese
árbol vivirá para siempre” (Génesis 3:22). Pero examinemos cómo otro versículo semejante a
éste, nos enseña también lo mismo:
“el
que coma de este
pan vivirá para siempre.” (Juan 6:58). Y al no haber “otro
nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos (vivir para siempre)” (Hechos 4:12), es que resulta lo siguiente:
Tanto el
“árbol” como el
“pan” son
solamente figuras simbólicas que representan al Señor Yahshua, ya que él mismo
fue quien dijo: “Yo
soy el
pan de vida” (Juan
6:48), pero no por ello quiere decir que lo sea, en el significado
literal de la palabra.
Por lo consiguiente, cuando leemos en el Antiguo
Testamento: “el
que coma de ese
árbol vivirá para siempre (Génesis 3:22)”, y en el Nuevo: “el
que coma de este
pan vivirá para siempre.” (Juan 6:58), estamos desentrañando un mismo mensaje sobre lo que
significa comer al referirnos a Cristo. Y no es en un sentido carnal,
que debamos comerlo al Mesías, ya que nuestro Salvador no
es ningún
árbol frutal,
ni tampoco ningún
pan literal,
que se lo lleve a la boca para masticar y tragar.
Lo que el Maestro nos
enseñó con estas metáforas, es el verdadero significado que tiene la palabra COMER,
ya sea de ese
“árbol” (Génesis 3:22) y/o de ese
“pan” (Juan
6:58), que es lo mismo en el sentido figurado. Y este término COMER lleva una acepción ESPIRITUAL que consiste en CREER,
en TENER
FE,
que él es el Hijo de Dios “que
da vida” (Juan 6:33), y no en el hecho de ingerirlo, literalmente, en el
estómago. De modo que quien nos aclara cuál es el sinónimo de la palabra COMER es el propio Cristo: “De
cierto, de cierto os digo: El que CREE en mí, tiene VIDA ETERNA.” (Juan
6:47).
“Este es el pan que
descendió del cielo. No como los padres que comieron y murieron, el que COME de este
pan VIVIRÁ PARA SIEMPRE.” (Juan
6:58). Porque “el
espíritu es el que da vida, la carne no sirve de nada. Las
palabras que les he dicho son espíritu y, por eso, dan vida” (Juan 6:63).
Por lo tanto, todo aquel que CREE en
su palabra o en su espíritu, lo cual es lo mismo, es quien VIVIRÁ
PARA SIEMPRE (Juan 6:58) y no como aquellos que “comieron
el maná en el desierto, y aún así murieron.” (Juan
6:49). En conclusión, PARA VIVIR
ETERNAMENTE no es imprescindible COMER nada porque “la
carne no sirve de nada” (Juan 6:63). PARA ALCANZAR LA VIDA
ETERNA es necesario CREER en el ESPÍRITU DE CRISTO, es decir, en SUS PALABRAS que son las que
efectivamente dan vida” (Juan 6:63).
Y ahora viene la segunda
pregunta:
¿A quién representa
"el árbol de la ciencia del bien y del
mal"?
Pues,
veamos...
“el árbol que no hace buen fruto, será cortado y echado al
fuego” (Mateo 3:10). Y como el mismo Diablo es el “árbol”
que jamás ha dado ningún “buen
fruto”,
es que ya está condenado para ser echado
al fuego (ver Apocalipsis
20:10).
Por esta razón es que el árbol de la ciencia del bien y del
mal, es
la figura irrefutable de Satanás,
el Diablo. “Porque por
sus frutos conoceréis al árbol” (Mateo 12:33).
Además, en el desarrollo de este primer
capítulo se desplegarán otros telones con los cuales quedará a la vista, y de
manera muy contundente, que la simbología del árbol prohibido le corresponde al
Diablo o Satanás.
Sigamos ahora con Génesis
2...
16: “Y
mandó Yahwéh Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer;”
17: “más del árbol de la ciencia del bien
y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás.”
En Génesis 2:17, Dios Padre Yahwéh dio una orden a Adán y
fue que no “comiera” del tercer “árbol” que había en el Edén, que era
el árbol de la ciencia del bien y del mal; cuyo árbol simboliza al Diablo,
también llamado Satanás; “porque
el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis
2:17).
Y Adán no “comió” de dicho “árbol”, es más, para Adán ese “árbol” no le
apeteció, en absoluto, ni siquiera manifestó deseo alguno. Es muy importante
esto, ya que a Eva no le sucedió lo mismo, puesto que a ella ¡sí le interesó
probarlo!.
Adán guardó, sin inconveniente, el primer mandamiento que su
padre Yahwéh le había ordenado, que fue el de no “comer” de ese árbol prohibido,
de la ciencia del bien y del mal. Adán fue bien obediente hasta que Eva no lo
fue.
Cabe aclarar ya mismo, que el concepto de la palabra comer no significa
llevarse a la boca el fruto prohibido para masticarlo y tragarlo, ¡no!, el
verdadero significado bíblico de comer consiste en PARTICIPAR,
y no en el hecho de ingerir por la boca ningún tipo de
alimento.
Prestemos atención a Génesis
3: 1, 4, 5...
1: “Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo
que Yahwéh Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Con que Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del
huerto?”
4: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis;”
5: “sino que sabe
Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como
Dios, sabiendo el bien y el mal.”
Dicha "serpiente" ¡le habló a
Eva!, (ver Génesis 3 : 1,4,5), quiere
decir entonces que este animal, la "serpiente", era simbólico, y
no literal, ya que ningún reptil puede hablar.
Esta "serpiente" tampoco pudo
haber sido un títere de Dios, ya que los títeres no hablan por sí solos,
mientras que el Diablo o Satanás, sí que habla por sí solo, y ¡¡¡con qué astucia SABE hacerlo!!!
Muchos teólogos sostienen que es el
Diablo quien habló a través de la "serpiente", pero no fue así, ya que no es así
cómo lo relata la escritura; pues bien dice: ¡la serpiente! Y en el libro de Revelaciones
(Apocalipsis) 12:17 se lee de una manera por demás cristalina que “la
serpiente antigua, es el Diablo o Satanás, el seductor del mundo
entero”.
Por lo tanto es imposible que el Diablo haya hablado por medio de una serpiente,
porque la "serpiente"
que se lee en el Libro de Revelaciones es la misma que aparece en el libro de
Génesis, y ese "reptil" es solo la representación
simbólica,
de lo que fue en verdad el propio Diablo o Satanás. Y ¿cómo se la puede
describir a esa “serpiente” o a ese “’árbol de la ciencia del bien y del mal”,
llamado Diablo o Satanás?, pues, la respuesta es muy sencilla y es la siguiente:
el Diablo, que también tiene por nombre Satanás, en un principio, fue una bestia,
ya que es eso lo que se manifiesta literalmente en Génesis
3:14.
Génesis
3: 14...
14: “Y Yahwéh Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita seas
entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y
polvo comerás todos los días de tu vida.”
Con
este versículo 14 de Génesis 3, se evidencia con total transparencia, que el
Diablo fue una bestia y que tenía una cualidad muy particular: el habla. El Diablo era una
bestia que hablaba,
(ver de nuevo Génesis
3:1, 4, 5 junto a Génesis
3: 14).
Otro
detalle que debe ser analizado, es que antes de que Dios haya maldecido a dicha bestia,
ésta no se arrastraba, (ver Génesis
3: 14),
y si no se arrastraba quiere decir que caminaba.
Pasemos,
por un momento, a Job
26...
13: “Su
espíritu adornó los cielos; Su mano crió la serpiente
tortuosa.”
Por
lo expuesto hasta aquí, es correcto sostener que Satanás era, en un comienzo,
una bestia que caminaba
erecta,
a dos pies;
y que después de iniciar ella misma su propia rebelión
terrenal,
en contra de Dios, es cuando la “mano” del creador la crió tortuosa (Job 26:13), es decir la hizo y/o formó torcida como una serpiente. La bestia sufrió este cambio cuando Dios le dijo: “maldita
seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y
polvo comerás todos los días de tu vida.” (Génesis
3: 14).
Esta bestia,
primero caminaba
erecta,
a dos pies,
y después pasó a “arrastrarse por el suelo”, torcida como una serpiente,
para comer
polvo (engendrar
muerte)
todos los días de su vida.
Existe
un eslabón perdido en la descendencia de la cadena del hombre impío (Homo sapiens)... una meticulosa semejanza que es de suma
importancia revelar...
Tanto los
seres humanos como los
animales cuadrúpedos,
(las
bestias),
son de sangre
caliente y unen su célula masculina con la célula femenina, para poder procrear, y la
fecundación es interna, dentro del vientre de la hembra.
Los reptiles, en
cambio, son de sangre
fría,
y como ponen huevos es que se los llama ovíparos;
es el caso de la serpiente, mientras que las bestias son distintas, porque las
bestias son animales vivíparos,
al igual que los seres
humanos.
Dejando
ya de lado la biología y volviendo de nuevo a las Sagradas Escrituras
profundicemos ahora, para comprender mejor, qué clase de animal, era en verdad,
aquella “serpiente” bajo el nombre de Diablo o Satanás...
Escudriñemos
entonces Génesis
1...
13: “Entonces Yahwéh Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo
la mujer: La serpiente me engañó,
y comí.”
De
este versículo se extrae otra característica por demás importante de dicho
animal tan particular, y es que estaba dotado de pensamiento y de
inteligencia, ¡por ello es que este animal pudo hablar,
para poder engañar a Eva!, (ver Génesis
1:13).
Sin duda alguna dicha bestia era un ser racional.
Por lo tanto, el
hecho de hablar y la astucia de SABER cómo engañar y seducir a Eva, implica necesariamente
que fue
un animal dotado de pensamiento, inteligencia y
voluntad.
Por lo consiguiente también tenía la facultad de obrar con total y plena
libertad, y es por ello que la bestia fue maldecida por Dios Padre, por haber hecho, ella misma, un mal uso de su propia
libertad.
Todas las características que muestra esta bestia debido a su facultad de pensamiento, inteligencia y voluntad, hace que conlleve
una gran similitud
con el ser humano.
Pero también existe una gran diferencia que es la siguiente: Dios crió al hombre a
su imagen,
a imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió (Génesis 1:27),
mientras que a la bestia Dios no la crió a
su imagen: “dijo
Dios: Produzca
la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según
su especie:
y fue así.” (Génesis 1:24).
Vayamos ahora, a analizar desde cuando
aquella serpiente simbólica comenzó a ser un “dragón”, porque es muy evidente
que existe una relación bien directa entre aquella “serpiente”
de Génesis y
el “dragón” de Apocalipsis (Revelaciones). “Y
fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente
antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a
todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con
él.” (Revelaciones 12:9). Es deducible que desde algún momento de la
historia, el Diablo o Satanás
empezó a ser representado metafóricamente como un gran “dragón”,
pero ¿cuándo el Diablo dejó de ser como una serpiente que se arrastra por el
suelo, para pasar a ser como un dragón que “vuela”
por el cielo? pues bien, fue cuando
aquella bestia, dotada de cuerpo y espíritu, murió.
Desde que dicha bestia murió,
su cuerpo volvió al polvo del cual fue formada, pero su espíritu
maligno e inmundo comenzó a recorrer la tierra, “volando”
alrededor de ella (Job 1:7 y Job 2:2), y llegando a
tentar hasta el mismo Mesías (Mateo 4:8). Además, este espíritu de
la bestia puede habitar en cuerpos humanos que tienen vida (ver Lucas
22:3), y hasta cambiar de morada también (ver Mateo
16:23), como lo hacen los demonios (Mateo 8:28-32). Con el libro de Job se comprueba fehacientemente
la condición de este “dragón volador”
llamado Satanás, puesto que se interpreta de manera incuestionable que dicho
“dragón”
“vuela”
hasta hacerse presente delante de Yahwéh: “Y
un día vinieron los hijos de Dios a presentarse delante de Yahwéh, entre los
cuales vino también Satanás.” (Job
1:6 y Job 2:1). “Y
dijo Yahwéh a Satanás: ¿De dónde vienes? Y respondiendo Satanás a Yahwéh dijo: De
rodear la tierra,
y de andar por ella.” (Job
1:7 y Job 2:2).
Hasta
aquí, el presente estudio ya deja bien reflejado que el Diablo o Satanás fue, en
los tiempos de Adán y Eva, una bestia dotada de un cuerpo terrenal y de un
espíritu, y por ende también de un alma (una
vida). Pero después que su cuerpo terrenal se quedó sin respiración, es
que Satanás pasó a ser un
espíritu acusador y maligno,
que “acusa a nuestros hermanos delante de nuestro Dios día y noche”
(Revelaciones 12:10), “hasta
que sea arrojado en tierra y a sus ángeles con él”
(Revelaciones 12:9).
Sigamos
escudriñando, ahora con Génesis
3...
2:
“Y
la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer;”
3: “pero
del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni
le tocaréis,
para que no muráis.”
Aquí
Eva agrega las siguientes palabras: " ni
le tocaréis ",
ya que ésta breve frase no fue pronunciada por Dios Padre Yahwéh. (Ver de
vuelta Génesis
2: 16 -
17).
Es peculiar este hecho de cómo Eva ya expresaba cierta disconformidad, al
agregar palabras suyas a las de su Padre Celestial: ¡" ni
le tocaréis "!,
mientras que Adán no muestra ni interés ni importancia alguna, en “comer” de ese
“árbol” de la ciencia del bien y del mal.
Pasemos a continuación al libro El
Cantar de los Cantares 2...
3: “como el manzano entre los
árboles silvestres, así es mi amado entre los jóvenes; bajo la sombra del
deseado me senté, y su fruto fue dulce a mi paladar.”
¿A
cuál fruto se refiere?... y ¿a cuál paladar?...
Sigamos
con el mismo libro El
Cantar de los Cantares 4...
Pero
ahora, prestemos mucha atención a la palabra comer, pues bien ya
se puede interpretar cual es su significado literal...
16: “venga mi amado a su huerto, y coma de su
dulce fruta.”
Consultemos
también el libro de los Proverbios 30...
20: “El proceder de la mujer adultera es así: come, limpia su
boca y dice: no he hecho maldad.” Fijémonos con detenimiento cómo la misma Biblia nos da a entender, a más no
poder, a que se refería Eva, cuando ella habló de comer;
puesto que ya se sabe, perfectamente, que el árbol de la ciencia del bien y del
mal no era un vegetal.
Vayamos
ahora a Génesis 3...
6:
“Y vio la mujer que el
árbol era bueno para comer,
y que era
agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y
dio también a su marido, el
cual comió así como ella.”
Lo
analicemos por partes y en detalle:
“el
árbol era bueno para comer,” (Génesis 3:6). Pero solo lo fue para Eva y no para Adán... y ¿cómo
se explica esto?...
¿por qué a Adán no le apetecía comerlo?... la
respuesta es por demás sencilla y es la siguiente: porque el árbol de la ciencia
del bien y del mal representa a un ser de sexo
masculino.
Como el Diablo o Satanás fue una bestia dotada de un espíritu como
así también de un cuerpo terrenal, es que resulta totalmente coherente afirmar
que Satanás fue una verdadera bestia tanto en el sentido
espiritual como en el aspecto carnal. Y al haber sido de sexo masculino, es que vio
la mujer que el
árbol era bueno para comer, y
no así Adán.
“que
era agradable a los ojos,” (Génesis
3:6). Pues bien, aquí se nos está mostrando que el Diablo o Satanás
fue de significante belleza ¡física! ante los ojos de Eva. Al decir que era agradable,
aclara que era algo de apreciar y no de
degustar.
“y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; ” (Génesis
3:6). Esto significa que
Satanás tiene la sabiduría del bien y del mal, por eso es que la palabra de
Dios lo simboliza al Diablo como el árbol de la ciencia del bien y del
mal.
Todas
las capacidades de esta bestia llevaron a Eva, a realizar el acto que causó
su caída...
¿y cuál es el hecho que realmente sucedió?, es
predecible...
“y
tomó de su fruto, y comió;” (Génesis 3:6). El acto
que llevaron a cabo Eva y Satanás fue, simplemente, una
relación sexual,
ya que al decir tomó
de su fruto, y comió; se
refiere a que
Eva tomó
parte, de la simiente o semen del Diablo, (tomó
de su fruto: simiente o semen),
y, así, por medio de dicho acto sexual es que Eva participó (comió),
del pecado de la fornicación.
Recordemos lo que significa fornicar, FORNICAR es tener
una cópula carnal fuera
del matrimonio,
o en otras palabras FORNICAR es tener
una cópula carnal sin
la bendición de Dios (ver
Génesis 1:28 y 2:24).
Y como la
bendición de Dios fue
dada a Adán y Eva, y no a Satanás y Eva, es que la mujer cometió el pecado de la fornicación. Eva
no había tenido ninguna
relación sexual íntima, con su marido Adán,
cuando ella tuvo cópula
carnal con Satanás.
Esto significa que Eva perdió su virginidad no con Adán, sino con Satanás. Vale
decir que primero fue la bestia quien dejó su propia simiente dentro de Eva y
luego Adán dejó la suya.
Al margen, examinemos a continuación la situación de María, quien
estaba comprometida con José. También se engendró otra simiente extraña en dicha
mujer, pero totalmente distinta a la que recibió Eva por parte de la
bestia.
Tomemos
el siguiente pasaje bíblico:
Mateo
1...
16: “Y
Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Yahshua, el cual es llamado el Cristo.”
18: “Y
el nacimiento de Yahshua fue así: Que siendo María su madre desposada con José, antes
que se juntasen,
se halló haber concebido del espíritu santo.”
Clarifiquemos
primero lo que significaba, para el pueblo judío, la palabra desposada:
María estaba recién casada (desposada)
o comprometida con José, y a pesar que este enlace daba
prácticamente los derechos de la vida conyugal del matrimonio, ellos no
se habían juntado aún,
es decir que la pareja no
había consumado el matrimonio todavía.
María seguía viviendo en la casa de su padre y bajo su autoridad, a pesar que ya
era esposa de José, pero él no disponía totalmente de ella hasta que la reciba
en su casa (ver Mateo 1:20,24). Por lo consiguiente, según las
escrituras, se llega a percibir que:
un hombre y una mujer, pueden estar recién casados (desposados)
o comprometidos, que es
lo mismo, y no por ello necesariamente implica que los
dos ya
estén unidos en una sola carne (Génesis
2:24). Porque para
Dios,
comienzan a ser marido y mujer recién cuando los dos se unen en una sola carne: “De
manera que ya no son dos, sino uno solo. Pues bien, lo que Dios
ha unido,
no lo separe el hombre” (Mateo 19:6).
Sigamos
adelante con Génesis 3:6...
“y
dio también a su marido, el
cual comió así como ella.”
¡Totalmente claro, por demás
claro!: y
dio también a su marido, Eva
también dio
su sexualidad a su marido.
Otra importante observación, es que no dice
que Adán haya tomado del fruto, de la simiente o semen del Diablo. Lo que se lee
aquí, es solamente que Adán
comió (participó) así
como ella.
Y ¿qué fue lo que comieron tanto Adán como Eva?... la respuesta es por demás sencilla: Adán comió o participó de la sexualidad de
Eva, y ella comió o participó de la sexualidad de él.
Por lo consiguiente, también Eva tomó
parte de la simiente o semen de Adán, (tomó
de su fruto: simiente o semen).
Y ¿cómo
fue que Eva adquirió la sabiduría del bien y del
mal?,
Eva adquirió la sabiduría del bien y del mal
al fornicar con el Diablo.
Y ¿cómo
fue que Adán adquirió también esa sabiduría?...
Leamos primero Exodo
22...
16: “El
que seduce a una joven no casada y se acuesta con ella, la dotará y se
casará con ella.”
17: “Si su padre no quisiere dársela,
el seductor le pesará plata conforme al dote de las
vírgenes.”
18: “A los hechiceros no los dejarán con
vida.”
Y
como se verá más adelante, en la parábola del trigo y la cizaña
(Mateo
13:25):
el trigo representa a Eva y el
Diablo es el enemigo que, después de sembrar su semilla (semen) dentro de ella, la deja
sola y se
va.
Por lo tanto, la mujer fue repudiada por el Diablo, ya que éste la abandonó y no la tomó por esposa.
Pasemos
ahora a Mateo 5
...
32: “Más
yo os digo, que el que repudiare a su mujer, fuera de causa de
fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la
repudiada, comete adulterio.”
Y ¿quién
fue el que tomó por esposa a Eva?, fue Adán. Por lo consiguiente, Adán
cometió adulterio,
ya que el
que se casare (se uniere sexualmente) con la repudiada, comete
adulterio.
Y
si consideramos Génesis
2...
24: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, para unirse a su
mujer, y los dos serán una sola carne.”
Entonces Adán adquirió la sabiduría del bien y
del mal al
unirse a Eva formando una sola carne con ella.
Y
¿cómo es que el Diablo adquirió el conocimiento del bien y del
mal?
Veamos primero lo que nos asevera Génesis
2:9 “[Dios] Hizo
crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol de ciencia del bien y del mal.”
Veamos
ahora lo que nos consolida Génesis
3:6 “árbol codiciable
para alcanzar la
sabiduría.”
Por
lo consiguiente, este árbol de la sabiduría,
que es una representación simbólica de la
bestia,
llamada Diablo o Satanás, no adquirió el conocimiento del bien y del mal,
porque dicha bestia, cuando
fue puesta en medio del jardín,
ya trajo
consigo la sabiduría del bien y del mal,
otorgada por Dios Padre (ver
Génesis 2:9 y 3:6),
Todopoderoso (ver
Génesis 17:1).
Ahora bien, dicho conocimiento, sobre lo bueno y lo malo,
que tenía la bestia, fue entregado por Dios no para que ella sea condenada. ¿Qué
clase de dios sería ese, el que crearía una criatura con el fin de condenarla?
un dios injusto y malo, ¡al estilo calvinista! Por lo tanto, como la bestia, de nombre Satanás, disponía de la sabiduría del
bien y del mal (ver
Génesis 2:9),
solo estaba en su propia voluntad qué hacer con esa sabiduría,
(ver
Génesis 3:1).
Dios no interfiere en el libre albedrío de nadie
(ver
Génesis 3:6),
tampoco en el de Satanás (ver
Génesis 3:4),
porque si así lo hiciera, quien estaría decidiendo sobre la salvación o
condenación de sus criaturas ya no serían éstas, sino Dios. Y como ya se analizó
anteriormente, el verdadero Dios es un Dios Justo, el
cual pagará a cada uno conforme a sus obras (Romanos
2:6), y no según su antojo. Por lo
consiguiente, el Diablo decidió ejercitar lo malo desde el principio, independiente de la voluntad de Dios. Y ¿cuál fue el
primer acto malvado que cometió la bestia?, fue el engañar
a Eva,
diciéndole: “de ninguna manera morirás” (Génesis
3:4).
Y es allí, en
el Edén,
donde comenzó la
rebeldía terrenal del Diablo, en contra de su creador,
y si alguien cree que dicha rebeldía
o guerra proviene de Dios, entonces que se conteste a sí mismo la siguiente pregunta: ¿cómo,
pues, puede permanecer un reino si éste se hace la guerra a sí mismo? (ver Mateo12:26).
Escudriñemos
ahora, el pasaje de Juan
8...
44: “Vosotros
sois de vuestro padre el Diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la
verdad, por que no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso y padre de mentira.”
Analicemos
esta frase: “Él
ha sido homicida desde el principio.” Si averiguamos cuándo el Diablo cometió el
primer homicidio,
sabremos entonces cuál es ese principio.
Y como el primer homicidio que cometió el Diablo fue cuando la engañó y la
sedujo a Eva, hasta ser envuelta en trasgresión (ver Génesis 2:6), es que desde
allí el Diablo comenzó a ser malo, es decir, desde que fornicó con Eva, y no desde el principio en que fue creado.
Y como en ningún pasaje de la Biblia dice que Adán haya sido tentado por
Satanás, es que se entiende perfectamente que recién cuando Dios formó a la
mujer (ver Génesis 2:21-22), es cuando la
bestia deseó “comer”.
No sucedió antes ni después, sino en el momento en que el
Diablo deseó a la mujer,
allí fue donde se originó la rebelión en el Edén. “Y
la concupiscencia, después que ha concebido, nace el pecado: y el pecado, siendo
cumplido, engendra muerte.” (Santiago 1:15).
Leamos
ahora, dos importantes pasajes del Apóstol
Pablo...
1
Timoteo 2...
14: “Y
Adán no fue engañado, sino la mujer siendo seducida,
vino a ser envuelta en trasgresión.”
Aquí,
Pablo lo confirma, Eva,
fue engañada y seducida por el Diablo, hasta ser envuelta en
trasgresión. y
¿cuál fue ese pecado?... el de la fornicación.
2
Corintios 11...
2: “Pues que os celo con celo de Dios; porque os he desposado a un marido,
para presentaros como una virgen pura a Cristo.”
3: “Más
temo que como la serpiente engañó a Eva con su astucia, sean corrompidos
así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en
Cristo.”
¡Qué
gran comparación la del Apóstol Pablo!,
pues él los había comprometido con Cristo, el único esposo en espíritu, pensando
presentárselo como si ellos fueran una virgen pura. Y ése fue su temor: como Satanás sedujo con astucia a Eva antes de que ella se uniera con Adán,
quien sería su legítimo esposo, así también el Diablo podría pervertirles la
mente a ellos, para que pierdan la pureza antes de unirse a Cristo, el único
Esposo en espíritu.
El
apóstol Pablo, ávido de comprensión y de cariño, y tan compenetrado del amor de
Cristo, sabía perfectamente lo sucedido en el Edén, y cual había sido el pecado cometido por la mujer.
Sigamos ahora, con Génesis
3...
7: “Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos,
y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se
hicieron delantales.”
De
este versículo, leemos primero: “Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos...” estas palabras expresan que ellos, tanto Adán como Eva, perdieron su inocencia. Cuando buscaron lo que ya en sí tenían fue cuando lo
perdieron: en realidad fue al tratar de obtenerlo.
Y luego se lee, también, “y
conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se
hicieron delantales.” Si el pecado hubiese sido comer una fruta, deberían haber cubierto sus bocas,
pero no, lo que cubrieron, no fueron sus bocas sino sus órganos
genitales, y lo hicieron con delantales. Y como en toda falta, siempre, pero
siempre, se cubre el cuerpo del delito.
Vayamos ahora, a Génesis
1...
11: “Cada simiente se reproduce, según su género.” Y no fue ninguna serpiente la que engendró a Caín, puesto que las serpientes
ponen huevos y no simientes (semen). Por ello es que, quien depositó la simiente para engendrar a Caín fue la bestia,
ya que quien tenía cuerpo, alma y espíritu, era la bestia y no la serpiente. En
otras palabras y para que quede expresado literalmente: fue la bestia llamada Diablo o Satanás quien engañó a Eva,
y le engendró su propia simiente dentro de ella. Una simiente muy parecida, biológicamente
hablando,
a la del género
humano.
Para saber si era factible la relación sexual entre
el ser humano y la bestia, consultemos entonces, a Exodo
22...
19: “Cualquiera que tuviere ayuntamiento con bestia, morirá.”
Pasemos
ahora, a Génesis
3...
13: “Entonces Yahwéh
Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: la serpiente
me engañó y comí.”
Eva
aseguró, que la “serpiente” primero la engañó; y
que fue después cuando ella comió.
Y como el cuerpo masculino (físico-biológico)
de la bestia Satanás era muy semejante al del hombre, es que el Diablo pudo
mezclar su simiente.
Leamos entonces, qué dice Exodo
22...
16: “Si
alguno engañare a
una doncella que no fuere desposada, y durmiere
con ella,
deberá dotarla
y tomarla por mujer.”
Con
este pasaje bíblico se tiene lo siguiente: que la bestia, como engañó y “durmió” con Eva cuando ella aún no
se había unido sexualmente con Adán, ¡el Diablo! debió haberla tomado por
mujer a Eva, pero no lo hizo, porque después que depositó su simiente
dentro de ella, el Diablo se
fue (Como se podrá constatar en el siguiente capítulo, con el estudio de la parábola del trigo y la cizaña: Mateo
13:25).
Estudiemos
ahora, qué sucedió en Génesis
3...
14: “Entonces Yahwéh dijo a la serpiente: Por haber
hecho esto, maldita seas
entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Andarás
arrastrándote,
y comerás tierra todos los días de tu vida.”
Aquí,
Dios trae a juicio, a la “serpiente”, y la condena,
diciéndole: maldita seas entre todas las bestias.
Luego, Dios dijo a la bestia: “Andarás
arrastrándote,” y
es cuando recién Dios la transforma en "serpiente", ya que antes no se arrastraba y sí a partir de
éstas palabras. Y ¿por
qué es que Dios convierte a la bestia en "serpiente"?, para “que
haya enemistad entre el Diablo y la mujer” (ver Génesis
3:15),
porque así, con esta nueva naturaleza bestial de la “serpiente” (animal
ovíparo), el Diablo ya no puede nunca más generar descendencia,
ni en Eva, ni en ninguna otra mujer.
Por lo tanto, la bestia, llamada Satanás, no fue maldita desde su principio en que fue creada, sino desde
el momento en que Dios Padre la maldijo.
En un aspecto puramente simbólico,
tenemos lo siguiente:
Dios maldice a la “serpiente” (Génesis 3:14), y es allí justamente cuando la “mano” del creador la crió “tortuosa” (Job 26:13).
En cambio en el sentido netamente literal,
es así:
“dijo Dios: Produzca
la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie: y fue
así.” (Génesis 1:24). “E
hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y
todo animal que anda arrastrando sobre la tierra según su especie: y vio
Dios que era bueno.” (Génesis 1:25).
Pero después que dicha bestia engañó a Eva, y dejó su simiente dentro de ella, Dios le
dijo: “Por
haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Andarás
arrastrándote,
y comerás tierra todos los días de tu vida.” (Génesis
3:14). Y aquí fue cuando la “mano” de Dios la convirtió en una bestia tortuosa o torcida (Job 26:13). Desde entonces, el
Diablo,
ya no
puede generar más simiente de vida, solo
engendra muerte,
pura muerte, y nada más que muerte: “comerás tierra todos los días de tu vida” (Génesis
3:19). Aquí, la palabra tierra también puede aparecer como polvo,
según sea la traducción bíblica que se consulte, pero igual el verdadero
significado es siempre la muerte, “porque
del polvo eres y al polvo volverás” (Génesis 3:19). Corresponde aclarar asimismo, que el
árbol de la ciencia del bien y del mal,
bien puede representarse igualmente como el
árbol de la muerte CARNAL.
Mientras que el
árbol de Vida siempre fue, es y será, el
árbol de Vida, el
árbol de Vida ESPIRITUAL.
Pasemos ahora, a Génesis
3...
15:
“Haré que haya enemistad entre ti y la
mujer, entre
tu descendencia y la suya, ésta te pisará la cabeza mientras tú te abalanzarás sobre su
talón.”
Aquí,
Dios Padre dice por demás claro: Haré
que haya enemistad entre ti y la mujer, es
decir entre la " serpiente" y Eva. Luego se
lee: entre
tu descendencia y la suya. y con estas palabras se ratifica de una manera mucho más explícita esa
diferencia tan marcada, entre la generación de Satanás y la generación de Adán.
Puesto que dice que habrá enemistad también entre los descendientes de la bestia Satanás (los
denominados hijos del Diablo) y los descendientes de Adán (los
llamados hijos de Dios).
Desde un punto de análisis
biológico se confirma que la bestia Satanás (o la serpiente simbólica), fue
de género masculino,
porque la mujer no tiene simiente (o semen), ya que solo el género masculino lo
posee. Mientras que desde otro punto de análisis, desde un profundo sentido
espiritual, bien se puede afirmar que fue una expresión profética las palabras de Génesis
3:15: “Haré
que haya enemistad entre ti y la
mujer, entre
tu descendencia y la suya...” cumpliéndose así en María, el nacimiento del Mesías, gracias a la
simiente divina que le fue dada a ella.
Continuemos
escudriñando todo,
para no dejar duda alguna sobre
nada.
Caín
y Abel...
¿fueron
hermanos de distinta o igual edad?
Y
si tuvieron la misma edad:
¿fueron
hermanos gemelos o hermanos mellizos?
Además:
¿tuvieron
un mismo padre o padres distintos?
Las
respuestas son las siguientes:
Caín
y Abel fueron ¡hermanos
mellizos!
y
de ¡¡padres
distintos!!.
Primero
analicemos, el tema de
LOS DOS HERMANOS
MELLIZOS...
Consultemos Génesis
4...
1: “conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio
a luz a Caín,
y dijo: por voluntad de Yahwéh he adquirido varón. Después dio
a luz a su hermano Abel,”
...
y ¿cuánto tiempo después?... ¿algunos minutos, tal vez?... Aquí se lee que “conoció Adán a su mujer Eva” y que Eva
dio a luz a dos hijos.
Más claro ¡IMPOSIBLE!: si de una
relación sexual entre un hombre y una mujer nacen
dos hijos,
estos, necesariamente, tienen que ser hermanos
gemelos o hermanos mellizos.
Leamos
ahora, lo siguiente:
Los embarazos múltiples se producen cuando un útero
contiene más de un feto. Si dos óvulos son fecundados por dos
espermatozoides se producen entonces dos mellizos, cuyos fetos se
desarrollan en dos placentas y dos bolsas. Dichos hermanos serán distintos
físicamente, y hasta pueden llegar a ser, de distinto sexo, también. Ahora bien, cuando un espermatozoide fecunda un óvulo y éste se separa en dos, la
mujer queda embarazada de gemelos. Éstos son físicamente muy parecidos
ya que comparten la misma carga genética.
Pero volviendo a las
Escrituras, y teniendo en cuenta también a:
Génesis
4...
25: “y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio
a luz un hijo, llamo su nombre Set.”
Vamos
a escudriñar los dos versículos anteriores, simultáneamente, el 1 y el 25 de Génesis 4:
Obtenemos
por un lado que se registraron dos
conocimientos (dos
actos sexuales)
contraídos entre Adán y Eva, pero por otro lado, sin embargo, tenemos que se
dieron tres
nacimientos.
Y ¿cómo se explica esto?, muy simple. Al existir dos
actos sexuales y tres
nacimientos,
quiere decir que en
uno de esos dos
actos sexuales Eva fecundó dos óvulos o bien que uno
de esos dos óvulos de la mujer se separó en dos.
Hasta aquí es incuestionable que Caín y Abel fueron hermanos mellizos o gemelos,
no es posible refutar nada de esto.
Como
Eva dio a luz a Caín y Abel, uno
después del otro,
o bien, uno
seguido del otro,
es que Caín y Abel fueron hermanos
mellizos o hermanos gemelos,
así de simple. Mientras que su tercer
hijo,
llamado Set, por haber nacido mucho tiempo después,
¡fíjese bien!, es que no se lo nombra junto a los nacimientos de
sus dos hermanos, Caín y Abel.
Leamos Génesis
5...
3: “Y
vivió Adán ciento
y treinta años,
y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su
imagen, y llamó su nombre Set.”
Por
ello es que aquí se menciona solamente a Set,
porque fue muchos
años después de los nacimientos de Caín y Abel. En cambio, cuando dos hermanos son
gemelos o mellizos, sus nacimientos se nombran seguidos, uno primero y el otro después,
como sucedió con Caín y Abel, como así también con Esaú y Jacob: “Cuando se
cumplió el tiempo de dar a luz, he aquí que había mellizos en su vientre. Y
salió el primero, rojizo
y todo velludo como una túnica de pieles, y llamaron su nombre Esaú. Después salió su
hermano, con su mano asida al talón de Esaú, y llamaron su nombre Jacob. Isaac
tenía 60 años de edad cuando ella los dio a luz.” (Génesis 25:24-27).
Como
las Sagradas Escrituras no dan ningún indicio, ni entendimiento alguno, para
decir que Caín
y Abel hayan sido gemelos, es que se concluye, con toda seguridad, que dichos
hermanos fueron mellizos.
De haber sido gemelos se los tendría que haber diferenciado de alguna manera,
mientras ellos vivían. Si la Biblia no lo hizo, quiere decir que evidentemente
no eran idénticos (no fueron gemelos), de modo que se descarta esta posibilidad.
En otras palabras, si un óvulo de Eva se hubiera separado en dos (que es el caso de los gemelos), entonces el Diablo no habría fornicado ni
dejado descendencia,
¿cómo
se explicaría entonces la enemistad que puso Dios entre la “serpiente” y Eva, y entre
la descendencia del Diablo y la de ella? (Ver
Génesis 3:15),
o
bien ¿cuál
es entonces la descendencia de la “serpiente”? (Ver
de vuelta Génesis 3:15).
Amén
Tesis
Resumiendo
este trabajo llegamos a:
- Que no es posible que de
un “árbol” bueno,
como lo es el
poder del Altísimo, pueda
surgir un “fruto” malo,
como el
espíritu del Diablo.
-
Que el Diablo o Satanás HOY es un ángel
maligno (un espíritu malo) que puede habitar en cualquier cuerpo humano con vida, de
todo pecador que no se arrepiente de sus pecados, y por ende no experimenta
conversión ni se convierte.
- Que en
los tiempos de Adán y Eva ese espíritu que moraba en aquella bestia
real y física,
no era malo, hasta que se rebeló en contra de Dios, su
creador.
Conclusión
-
Que PARA VIVIR
ETERNAMENTE no es imprescindible COMER nada porque “la
carne no sirve de nada” (Juan 6:63). PARA ALCANZAR LA VIDA
ETERNA es necesario CREER en el ESPÍRITU DE CRISTO, es decir, en SUS PALABRAS que son las que
efectivamente dan vida” (Juan 6:63).
- Que el
libre albedrío existe en todas
las criaturas creadas por Dios, ya sean descendientes de la simiente de Adán o
bien del árbol genealógico de Satanás. Y que todos pueden ser
salvos de la condenación, solo depende de cada uno de nosotros y de cómo usemos la libertad que Dios nos dio.
Gracia
y Paz.
Miguel Marcelo Cuadras.
“Cuando
él comenzare a tocar la trompeta,
el misterio de Dios será
consumado” (Revelaciones 10:7).